lunes, octubre 23, 2006

Es un tema de tiempos

Todo es relativo, como la teoría. Cuanto más uno lee, más quiere uno aprender. Estos días han sido sin dudas una locura. Estoy cansada en extremo y siempre con pesadez en el cuerpo y la cabeza. Pero cuanto más leo, mas quiero aprender. Ahora estoy leyendo un libro en japonés que me consume todo el tiempo que tengo y las energías que poseo. Me agoto de sobremanera. Leo como una niña de 8 años, pero me entusiasmo cada vez mas cuando me doy cuenta de lo que aprendo.

En estos días nació mi sobrina Josefina y no he podido llamar a mi hermano. Tonto, una llamada solo requiere levantar el tubo y discar (en la comunicación standard). Pero no tengo mas tarjetas de llamadas internacionales ni tiempo para ir a la tienda a comprar, y cuando voy a esta tienda por otra cosa, no tengo suficiente dinero porque no tuve tiempo de ir al cajero automático a retirar dinero. Cuando llego a mi casa, no prendo el computador porque tarda mucho y lo que hago es ponerme el pijamas y planchar hasta el otro día cuando prendo la tele para escuchar las noticias mientras me dicho y hago el café. Pero ni la ducha ni el fafé son suficientes para despertar mis sensaciones entumecidas y el cansancio. Así fue que el otro día me quemé con vapor de agua y luego reventé accidentalmente las ampollas y no me enteré del dolor sino hasta como media hora mas tarde, cuando comencé a sentir el ardor.

En la universidad, a veces la lectura se me hace lenta y el entendimiento mas aún. A veces confundo una letra por otra y escribo equivocado (letras japonesas, todavía el alfabeto lo identifico bien!)

Todo es un tema de tiempos. Cuando uno dispone de más tiempo se relaja más y deja algunas cosas para mas adelante. Yo ahora no dispongo de tiempo, al punto que he llegado a almorzar una tostada con té para poder seguir leyendo y cumplir con mis oblicaciones con la universidad.

Sin embargo, a pesar de estar tan al palo así y del cansancio hay algo para lo que definitivamente me hago tiempo y eso es el gimnasio. De alguna forma tengo que cuidar mi salud y aunque a veces sigo una mala dieta, la mantengo con ejercicio. Asi es que al menos tres veces por semana voy una hora a relajarme haciendo ejercicio y luego regreso a mi casa a continuar leyendo y escribir reportes. La vida en la universidad es dura, pero sin lugar a dudas la estoy disfrutndo al máximo!

Leer en japonés me toma tanto tiempo y consume tanto de mí y ni aspi puedo leer un capítulo enterodel libro . Mismo así, leo lo que puedo y trato de entender lo que leo; aunque solo vaya a la clase con la mitad del capítulo leído, trato de hacer la discusión activa conforme a lo que entendí. 




Foto: libro de Marketing del Prof. Onzo de la Escuela de Comercio de la Universidad de Waseda, Tokyo.

lunes, octubre 09, 2006

¿me estoy acostumbrando?

Hace dos años que vivo en Japón y no comía todo lo que me ponían en el plato.

Esta noche vinieron a cenar dos de mis compañeros del kenkyushitsu (sala de investigación), Seki y Leika. Seki es chino y Leika es coreana, pero nació en Japón (nótese: coreana, pero nació en JAPON!). Somos el trío dinámico en el kenkyushitsu. Leika trajo todo preparado de su casa para comer "buta-shabu" algo que se prepara en una olla con vegetales y salsitas y cada uno pone la carne (en este caso cerdo) cuando la va a comer. La carne se pone en ese caldo caliente y se cocina muy rapido, ya que se trata de fetas finas tipo panceta. En fin, estaba rico. Lo interesante es que ella le puso "kinchaku" que es como una bolsita hecha con "atsuague" (tofu frito) y dentro tenia mochi (como torta de pasta de harina de arroz). La verdad, con todas las salsas y salsitas que se pone adentro de esa olla, el tofu frito y el mochi sabian bien (originalmente no saben a nada).

Ella también trajo "kimuchi" de pepinos hecho por la madre (recordar que es de familia coreana), que cuando llegué a Japón me parecía incomible de tan picante. Ahora lo tolero mucho más. Cuando llegué a Japón, también me parecía horrible esas cosas con tofu y el mochi que describo mas arriba. Ahora los como. No me fascina, pero los como...

Creo que dos años no han pasado en vano. ¿A cuánto más me acostumbraré?


viernes, octubre 06, 2006

dos años

Hoy hace dos años que llegué a esta isla. Gran era la incertidumbre antes de partir. Gran el cambio al llegar. Sentirme analfabeta, ignorante y llegar a pensar que podría no tener la inteligencia necesaria para estar en esta sociedad y estudiar en la universidad cruzaron por mi cabeza, si.

Por suerte siempre han habido otros extranjeros que también se han sentido aislados en la isla. Conversando nos hemos dado cuenta que nuestro nivel intelectual e inteligencia son normales. Una preocupación menos... Nuestro sentido de aventura tal vez, hemos concluído, son mayores a los de otras personas y sensiblemente mayores a los de un japonés promedio. Solo por el hecho de emprender ésta, la aventura de vivir y estudiar en Japón, sociedad muy diferente a la nuestra y en ocasiones difícil de comprender.

Un año y medio me llevó adaptarme al nuevo ambiente. Por supuesto, nadie me obligó. Yo solita me subí al bote y bueno, a remar se ha dicho. Lo elegí para desafiarme a mi misma, y tomar la oportunidad que se me estaba presentando. Luego del primer año y medio, estoy mas calma. En agosto comencé a ir a un gimnaso. Ahora estoy tratando de organizar mi agenda para no parar. Me siento mejor y acepto mucho mas las cosas como son. Por supuesto sigo disintiendo en muchas cosas, pero no lo llevo contra la corriente. El grupo de extranjeros que estamos aca, para quedarnos por un tiempo, somos, aunque ocupados, unidos. Muchas personas han ido y venido. Me siento afortunada de estar en este espacio multicultural, que es el de estudiar en el exterior. Países, idiomas, religiones y culturas (más viajes).

Luego de dos años, regresaré a Uruguay por segunda vez. Esta vez, me proyecto a diciembre, y me siento extraña. Siento que si bien pertenezco al lugar, tampoco pertenezco del todo. Siento que voy como turista, porque mi casa esta en otro lado. Suena raro, pero mi casa esta ahora en Japón. Si bien es una casa vacía, en donde la tele o la música llenan el espacio, es mi casa porque ya me adapte a este lugar. No es que pertenezca a él. Creo que nunca perteneceré, pero ya me siento una ciudadana del mundo.

Varios desafíos he superado, y habrán mas por venir. Espero seguir con esta energía para poder afrontarlos todos con las mejores armas. La semana pasada recibí mis creditos y todos muy buenos y alentadores. Me valió la pena el sacrificio que hice este primer semestre. Fue muy duro, muchos nervios y mucha tensión. Tomar clases en un idioma que no se domina, y tener que adivinar la mitad del contenido (del cual mas de la mitad es incorrecto) es frustrante en ocasiones y muy estresante el resto del tiempo. Excepto el dominio del idioma, creo que no tengo nada que envidiarle a los japoneses. Es más, me siento una privilegiada.

Nacimientos, muertes, matrimonios... muchas cosas han sucedido a la distancia. Yo no he sido mas que una simple espectadora. Gracias a todos por estar siempre presentes apoyandome en tal difícil conquista. La de mi superación en el exterior.

un beso,


Foto Kike-chan. Mi primer fin de semana en Japón. Cuando recién legué tenía 8 kilos menos y un herpes en la boca por estress pre-viaje. Que horror!